El anís es una hierba de la familia apiáceas originaria del Asia sudoccidental. Esta planta debe cultivarse en un lugar soleado y cálido, con un suelo rico en humus, bien drenado y ligeramente calcáreo. El anís es autofértil. Es posible que las semillas permanezcan inmaduras en un clima persistentemente frío y húmedo. El suelo debe mantenerse igualmente húmedo durante toda la fase de crecimiento.
¿Cómo debemos cultivar el Anís?
Se ha demostrado que los aceites del anís repelen los pulgones y la oruga de la mariposa blanca de la col. Si emplea el anís como planta de compañía para sus plantas decorativas o de cultivo susceptibles, es probable que los daños por alimentación sean mínimos.
Plantación de Anís
La plantación debe darse en los meses de abril a mayo, las plántulas oscuras pueden sembrarse en el interior al aire libre. Como el anís puede tardar hasta cuatro semanas en germinar, se recomienda un cultivo previo en un recipiente. Entre febrero y abril, las semillas se precultivan en bandejas y luego se plantan en un lugar soleado con tierra rica en nutrientes. Entre mayo y junio, se permite la siembra directa en terreno abierto. A continuación, se siembran en hileras o cubos anchos con una separación de 20 a 30 cm. A continuación, separe las plantas jóvenes de 10 a 15 centímetros.
Cuidados del Anís
Debido a su bajo mantenimiento y a su carácter agradecido, el anís requiere una atención mínima hasta la cosecha. Sólo es necesario controlar las malas hierbas, ya que otras plantas que crecen de forma salvaje pueden asfixiar al anís.
Si desea cultivar el anís en su jardín durante varios años, debe rotar la posición cada año y evitar plantar el anís en lechos previamente ocupados por otras umbelíferas, como las zanahorias. De lo contrario, existe un elevado peligro de fatiga del suelo.